Cuando un garaje es de calidad tiene que ofrecer una iluminación perfecta, señalizaciones inequívocas y accesos a los que se llegue y de los que se salga sin ningún problema. Por supuesto, la vigilancia deberá ser una de las constantes, pues una de las razones principales por las cuales los conductores se deciden por estacionar en un parking vigilado, es el evitar la pérdida del coche por robos, o bien la sustracción de objetos importantes de su interior.
Además, los vándalos pueden hacer de las suyas. Raros son los conductores con años de licencia de conducir a sus espaldas, que no han sufrido desperfectos por patadas en retrovisores, por pegamento en cerraduras, pinchado de ruedas... Estas situaciones resultarán muy costosas, especialmente para los usuarios que no posean seguros que cubran esas contingencias. Y en todos los casos, son situaciones molestas. Para conseguir evitarlas, se propone la protección del vehículo en espacios vigilados a través de tecnología y personas especializadas.
Los vigilantes de los parkings se asisten tanto de la vigilancia física como de la tecnología que ofrecen los circuitos cerrados de televisión. Con los accesos bien vigilados, los ladrones no tienen opciones. Y por otro lado, los conductores verán protegido su coche de los factores atmosféricos agresivos, tales como el pedrisco, la lluvia con contaminación... Cuando tenga dudas acerca de las tarifas, los tiempos de estacionamiento y otros factores, comuníquese con los responsables de los garajes, quienes le informarán sin ningún compromiso.
