En este sentido, cabe recordar que son decenas de miles de robos los que se producen año a año en España. Muchos de ellas, en realidad el mayor porcentaje con diferencia, se producen en plena calle, sea por el día y, con mayor frecuencia, por la noche.
Los parkings anulan o reducen al mínimo las posibilidades de robo, ya que se trata de espacios que se hallan protegidos en una doble vertiente; por una lado, la protección se halla en la misma entrada, la cual está provista de puertas de garaje montadas por cerrajeros especializados. Las puertas automáticas aseguran fiabilidad en el uso diario, cerrándose instantáneamente después de su uso.
Por otro lado, la vigilancia mediante cámaras de seguridad, y también a través de personal especialista, debe de ser una característica fundamental de todo parking subterráneo que pretenda máxima protección.
Los conductores tienen muchas razones para aparcar en parkings en su ciudad, otra de ellas es la ausencia de actos vandálicos. Si no se trata de ladrones, siempre es posible que gamberros se ocupen de destrozar neumáticos, retrovisores o incluso romper el parabrisas o alguna de las ventanillas. Indudablemente los conductores se hallarán más seguros con la conservación de su vehículo en zonas especializadas y bajo vigilancia 24 horas.
Otra más de las razones es que, con el empleo de un parking, se ahorra en combustible. Esto es bien sabido por todos aquellos conductores/as que pasan tiempo buscando un hueco en aparcamientos de la calle. La pérdida de tiempo es importante, así como el desperdicio de combustible.
